Ubicación de los archivo a lo largo del tiempo

Las primeras noticias de la ubicación del ACU nos hablan de su existencia en las dependencias de la sacristía de la antigua catedral, momento en que la documentación se almacenaba dentro de arquillas y cajas seguramente de madera, ordenadas por los índices del notario Pere Tragó. Con el paso del tiempo, al ir aumentando el volumen de la documentación y atendiendo a la circunstancia poco recomendable de compartir el uso archivístico con el litúrgico propio de la sacristía, se decidió en el siglo XVI construir un pequeño edificio anexo a la catedral, en concreto detrás de la cabecera al levante, que se convirtió en la nueva sede del ACU. Esta se dividía en dos salas: una mayor de 54 m² y otra menor de 13 m². Para esta ocasión se elaboraron unos armarios de madera, conservados hasta el momento presente, que posteriormente fueron pintados y decorados con escenas costumbristas y acontecimientos históricos relevantes del momento. Los armarios se diseñaron de manera que su interior se adaptara al tipo de documentación que debían conservar: ya fueran papeles, grandes pergaminos, fichas, libros… Tanto el edificio como buena parte del mobiliario original se conservan hoy en día. Durante la Guerra Civil española, la Conselleria de Cultura de la Generalitat de Cataluña ordenó el traslado de la totalidad del ACU a las dependencias de la Biblioteca de Cataluña, a efectos de salvaguarda y custodia, segura del valor del patrimonio cultural mencionado. Terminada la contienda militar, los fondos fueron devueltos e reintegrados a su sede archivística del edificio contiguo a la catedral de La Seu d’Urgell. Como tercer y último emplazamiento (antes de su ubicación actual), el día 2 de octubre de 1977 se inauguraron unas nuevas instalaciones del Obispado de Urgell, concretamente en el tercer piso, en las cuales se habilitó un sistema de archivos compactos que acogieron la documentación del ACU. En el caso del ADU, al estar toda la documentación producida por la Diócesis, fue archivada desde sus inicios en dependencias del Obispado hasta que en 1975 toda la documentación de este Archivo fue trasladada al cuarto piso de las actuales oficinas administrativas, donde también se adecuó un sistema de archivos compactos para su conservación. Llegados a este punto debe hacerse especial mención a los Archivos Parroquiales, los cuales poseen una entidad propia y particular al haber sido producidos por cada una de las más de 400 parroquias con las correspondientes sufragáneas que ha llegado a tener la Diócesis de Urgell a lo largo de su historia. Nos referimos a los registros sacramentales, manuales notariales, capbreus, testamentos, censales, libros de cuentas, libros de procesos, libros de cofradías, etc., que cada parroquia fue generando y conservando de manera individualizada. De esta manera los criterios de conservación llegaron a ser tan diferentes y variados como rectores existieron en cada parroquia a lo largo de los años. Esta variabilidad en cuanto a circunstancias de conservación provocó que en 1972 el obispo Joan Martí i Alanis viera la conveniencia de reunir en un mismo espacio todos los archivos parroquiales, dado su estado de abandono y el peligro que corrían de desaparecer. Consecuentemente, decretó recoger todos los documentos parroquiales anteriores al siglo XX. La totalidad de la documentación recopilada correspondiente a estos Archivos Parroquiales fue ingresada en el ADU que, desde ese momento, pasó a custodiarla, clasificarla y describirla. Gracias a esta actuación se pudo salvaguardar la mayor parte de la producción documental de las parroquias, exceptuando aquella que, a causa de diversos desastres tanto naturales como provocados por el hombre (véase por ejemplo la Guerra Civil española, cuando se quemó gran cantidad de documentación), no consiguió perdurar hasta el presente. Actualmente se está llevando a cabo un proyecto de digitalización de los fondos parroquiales mediante un escáner cenital, que permite la consulta digital de manera presencial en las instalaciones del Archivo. De este modo, se contribuye en primer lugar a la conservación, protección y preservación de los libros físicos, y en segundo lugar, a la mejora en la facilidad de la consulta a través de ordenadores dispuestos para el uso de los investigadores. Se prevé que, en los próximos años, se culmine la digitalización de los fondos parroquiales y se pueda continuar con otros fondos de gran interés histórico. Es este carácter propio de los Archivos Parroquiales lo que motiva que sean considerados un tercer Archivo dentro de los de la Iglesia de Urgell: APU o Archivos Parroquiales de Urgell.

La sede actual de los archivos de la Iglesia de Urgell

Las modificaciones de las dependencias destinadas a conservar la documentación, experimentadas a lo largo de los siglos y acabadas de describir, culminaron recientemente con la inauguración el 10 de octubre de 2014 de la nueva sede del ARCHIVO DE LA IGLESIA DE URGELL. Siguiendo con las mejoras constantes llevadas a cabo por sus predecesores, el actual obispo de Urgell, Joan Enric Vives i Sicilia, decidió emprender el proyecto de unificación de estos tres Archivos en un solo edificio que reuniera los requisitos técnicos y de seguridad más modernos que la documentación precisaba. Fue así como se escogió la antigua iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, construcción del siglo XVIII y contigua al Palacio Episcopal, como nueva sede. Era necesaria, sin embargo, una profunda adecuación del edificio ya que se encontraba ciertamente e